-Pero
ahí no acaba todo. Yo pensaba que había encontrado a esa persona
especial hasta que nos mudamos.
Mis
ojos se abrieron hasta decir basta.
-¿Cómo
que hasta que te mudaste?, no entiendo.
Él
bajó la mirada.
-Al
mudarnos.. pues.. te conocí a ti, y te estarás preguntando que
tienes que ver tú con eso. Te lo diré. Al verte, sentí como una
muy buena extraña sensación. Nunca me había pasado.. ni siquiera
con Dorian.
Mientras
él hablaba, yo me ponía más y más roja.
-¿Estas
bien?. -Mientras me miraba con una mini sonrisa.
-Sí,
tranquilo. Puedes seguir.
-Bueno
y eso. Luego empezamos las clases y pensé que no te iba a volver a
ver pero casualmente nos tocó en la misma clase y no te puedes
imaginar lo que sentí.
Yo
como tonta le pregunté:
-¿Que
sentiste?.
Tardo
un poco en responder pero lo hizo.
-Sentí
que estaba traicionando a Dorian al pensar en ti como lo estaba
empezando ha hacer.
En
ese momentos levanté la mirada y nuestros ojos se juntaron. Dorian
era mi amigo pero estaba empezando a sentir cosas por Rai y era
imposible parar. Me merecía a alguien como él, pensaba.
-¿Por
qué te quedas callada? -Me dijo.
-Es
que no sé que decirte, ni que hacer.
Nos
volvimos a mirar, pero en esta ocasión.. él me acarició la cara y
mientras me miraba, se empezó a acercar lentamente hacia mi y antes
de que pudiese pasar algo.. llamaron al timbre.
Era
mi madre.
-Hola
mami. -Mientras la besaba.
-Hola
cariño. Perdona por hacerte levantar, pero es que la guay de tu
madre se ha olvidado de sus llaves. -Mientras se reía. -¿Estabas
haciendo algo?
Antes
de poder responder, Rai la saludó.
-Hola
señora.
-Ah,
hola Rai. -Mientras me miraba riéndose.
Yo
me puse rojísima por la mirada que me había echado mi madre.
Se
saludaron y después de hacerlo, le dije a Rai que subiese a mi
habitación.
Me
quedé hablando un rato con mi madre y luego subí a mi cuarto. Antes
de entrar me quedé observando a Rai durante un rato. Él estaba
tumbado en mi cama con los ojos cerrados y yo estaba embobada
mirando. En ese momento mi madre dio una carcajada que se escucho hasta arriba y Rai miró hacia
la puerta donde yo estaba.
Me
cogió del brazo, cerró la puerta, y me empujó hacia él. Estaba
temblando porque era la primera vez que me ocurría eso, pero a la vez
estaba tan feliz que no podía ni parpadear.
-Creo
que antes nos quedamos en algo.
-N..
n.. no, no sé de que me hablas.
-Sí,
si sabes de que te hablo y tienes tantas ganas como yo. Te lo noto.
-Si
tan seguro estas, porque no continuas con la labor.
Y
sin responder, así lo hizo. No pensé que fuese capaz.
No
fundimos en un beso que me será difícil olvidar. Su labios se
fundían con los míos como si sólo fueran uno. Que bien besaba,
pensé. No quería que parase.
En
ese momento se me vino la imagen de Dorian a la cabeza y como una
loca lo aparté de mí.
-Esto
no ha estado bien. -Mientras me limpiaba los labios. -No ha estado nada bien.
-¿Cómo
que no?, sí. Te he sentido cerca.
-NOOOOOOOOO,
no has sentido nada. Quiero que te vayas. ¡VETE RAI!, ¡VETE!.
-Pero.. Nahia.. yo..
En
ese momento mi madre abrió la puerta y Rai sin poder hacer nada, se
fue.
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