-Rai..
-Dije sorprendida
Que
hacía Rai aquí. -Pensé, y conforme lo pensé.. se lo pregunté.
-¿Que
haces aquí?, que yo sepa no habíamos quedado.
En
ese momento y antes de él pudiese responder, Dorian alzó
la voz
-¡¿Quién
es Nahia?!
-¿Dorian
está aquí? -Preguntó Rai.
-Sí,
y te tienes que ir antes de que sepa que eres tú. No quiero que me
haga preguntas. Va, ¡vete!
-Volveré.
Rai
se fue y la puerta se cerró tras él.
Dorian
me volvió a preguntar y me tuve que inventar algo.
-¿Quien
era Nahia?, no me has respondido.
-Era..
era.. la vecina. Preguntaba por mi madre, pero como no está, se ha
ido.
El
suspiro y yo con él.
Nos
pusimos a ver las películas pero yo no podía concentrarme. ¿Para
que había venido Rai a mi casa?, ¿qué quería esta vez?. Esas
preguntas rondaban por mi cabeza
una y otra vez.
Pasaron
las horas y después de pasar toda la tarde con Dorian, se fue.
Después
de que se fuera, recogí el salón y subí a darme una ducha.
Estaba
tan cansada que lo único que quería era meterme en la cama y dormir
hasta el Lunes, pero justo
cuando me iba meter en la cama, llamaron al timbre.
Eran
las doce de la noche, ¿quién demonios sería ahora?
No
me lo podía creer.
-¡¿Rai?!
-¿Te
he despertado? -Mientras me miraba con cara de cordero degollado.
No
sabía ni que decir.
-No
tranquilo, pasa.
-Perdona
que te moleste, pero es que necesitaba verte y como esta tarde no pudimos hablar..
-¿Para
qué querias verme?, creo que no tenemos nada más de que hablar tú
y yo.
Él
ni me miraba, lo único que hacía era mirar al suelo y responder.
-Estaba
en mi casa y no paraba de pensar en ti, en todo lo que había pasado... en el beso.
-Rai,
eso ya esta hablado y no creo que haya que darle más vueltas. Tú
estas con Dorian, además tú a mí no me gustas. Lo nuestro, si se puede llamar así, sólo fue un beso tonto
que además tú me distes.
-Pero
Nahia yo pensé que...
-Nada,
tú no pensaste nada. Ahora si me disculpas... tengo sueño.
Después
de eso, Rai salió por la puerta peor de como había entrado.
Sentí
que mis palabras fueron demasiado duras, pero era lo mejor. Rai y
yo no podíamos tener nada. Dorian era más importante que todo eso.
A
la mañana siguiente, me desperté pensando en todo lo de anoche. No
me sentía bien.
Rai me
importaba, pero no podía ser.
También
me levanté con una idea bastante clara.
Tenía
que decirle a Dorian lo que había pasado con Rai.
Hoy. No podía esperar más.
Bajé
a desayunar e intenté comerme todo lo que me había dejado mi madre para desayunar, pero no sé porqué pero no me
entraba nada, así que me fui en busca del teléfono para llamar a Dorian.
Estaba
nerviosa, pero tenía que hacerlo.
-Mmm,
hola... ¿está Dorian?
-Sí,
un momento. ¡DORIAAAN! -Se oyó gritar a través del teléfono.
Esperé
unos minutos, y Dorian atendió el teléfono...
No hay comentarios:
Publicar un comentario