-¿Sí?,
¿quién es?
-Mmm
¿Dorian?, soy Nahia.
-Ah,
hola Nahia. Dime, ¿pasa algo?
-No,
no pasa nada, simplemente me preguntaba si seria posible que nos viésemos hoy. Es importante.
-Mm
claro. Tego una comida familiar, pero luego puedo pasar por tu casa.
¿Te viene bien a eso de las cuatro y media?
-Sí,
no te preocupes. Yo te espero.
-Vale,
pues nos vemos ahí. Chao.
-Hasta
luego.
Estaba
hecho. Dorian iba a venir a mi casa.
Lo
único que se me pasaba por la cabeza era la cara de Dorian al oír
lo que le tenía que contar.
Necesitaba
dormir, y relajarme un poco antes de que llegara Dorian.
Pasaban
las horas, los minutos, y yo no podía dormir. Lo único que hacia
era dar vueltas y más vueltas en mi cama.
Estaba
tan nerviosa.
De
repente, sonó el timbre.
Dorian
no podía ser porque había quedado con él en una hora, así que no
me preguntaba quien podía estar llamando al timbre. ¿Sería Tea?
Era
Dorian.
-¡Dorian!
Pensé que habíamos quedado a las cuatro y media.
-Hola
Nahia. Lo que pasa es que mi familia se estaba poniendo un poco
pesada, así que he decidido venir antes. -Me dijo mientras se reía.
-Ah
vale vale. Bueno pasa, no te quedes ahí.
-Te
he notado un poco rara por teléfono y me he preocupado, ¿pasa algo?
-Dijo en un tono preocupado.
-Sí,
pasa algo.
Llegó
la hora. La hora de decirle a Dorian lo que había pasado con Rai.
-Mira,
ni siquiera sé como paso... No quería ni que pasará, pero pasó.
-Nahia,
¿qué ha pasado?, me estas preocupando.
De
repente empecé a sentir como el vomito de palabras se aproximaba
hacia mi boca si control y lo solté.
-Rai
y yo... nos hemos besado.
De
repente un silencio se apodero del salón y con él Dorian que no
sabía ni que decir.
-Pero
te lo puedo explicar. Yo... yo... yo no quería. Te lo juro.
En
ese momento Dorian reaccionó.
-¿Como fue? -Dijo en un todo enfadado pero a la vez triste.
-¿Como?
-Respondí yo alarmante.
-¿Qué
como fue?, ¿como surgió todo?, ¿en donde fue?
-Dorian,
no creo que...
-Quiero
saberlo. Me merezco saberlo. ¡DÍMELO! -Dijo gritando.
-Fué
aquí. En mi casa. En mi habitación.
Dorian
agachó la cabeza y respiro hondo muy fuerte.
-¿Fue el día que me dijiste que no podías quedar porque tenias que hacer
cosas? -Dijo muy seguro.
-Sí...
fué ese día. -Dije sin poder mirarle tan siquiera a los ojos.
-¡SE
SUPONE QUE ERAS MI AMIGA NAHIA! ¡SABES LO QUE SIENTO POR ÉL Y ME
HAS TRAICIONADO!
-Lo
siento Dorian. Te juro que lo siento de verdad.
-¿¡QUÉ
LO SIENTES?! ¡¿DE QUE ME SIRVE QUE ME PIDAS PERDÓN SI EL DAÑO YA
ESTA HECHO!? ¡DE NADA!
Yo
no sabía que decir. Dorian tenia razón, le había hecho daño.
-Sólo
te voy a decir una cosa... ¡ALÉJATE DE ÉL! ¡Y DE MÍ!
-¡DORIAN
ESPERA! -Dije entre lágrimas.
Dorian
se fue y mi amistad se fue tras él.
Él
era el único amigo que me quedaba ahora, y le había hecho daño.
Igual
que Tea me hizo daño a mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario