sábado, 2 de agosto de 2014

Capitulo 9.

Entramos clase y nada más llegar mis compañeros me miraban como si me hubiese muerto y resucitado a la vez. Todos absolutamente todos me miraban. Como odio que hagan eso. Seguí mi camino y con Dorian me senté en mi sitio.

Note como Camille cuchicheaba sobre lo que me había pasado ayer. Harta de escucharla, me enfrente a ella.

¡CÁLLATE DE UNA MALDITA VEZ!, ¡TU NO SABES NADA!.

Ella como si no supiera que me refería a ella se hizo la buena diciendo:

¿Me dices a mí?, porque si me dices a mí no sé de qué me estás hablando. – Muy irónica ella.

Yo aún más enfadada le conteste.

PUES CLARO QUE TE ESTOY DICIENDO A TI. FALSA ESO EL LO QUE ERES. NO TIENES LA SUFICIENTE VIDA, QUE SIEMPRE TIENES QUE ESTAR HABLANDO DE MI. ESTOY MÁS QUE HARTA DE TI CAMILLE.

Ella sorprendida se calló y no me dijo nada de nada.

Todavía no había terminado, pero justo cuando iba a terminar de hacerlo... ese dolor volvió otra vez. ¿Qué me estaba pasando?. Me tranquilice un poco y me volví a sentar. A lo largo de la clase se me fue pasando el dolor, gracias a dios. Al terminar la clase el profesor me paro para hablar conmigo.

Em Nahia, me he percatado de tus dolores. Creo que deberías decírselo a tu madre.

Yo alterada le conteste:

¿Qué dice usted?, ¿de qué dolores me está hablando?. Yo no tengo ningún dolor.

El muy seguro de lo que estaba diciendo me dijo:

Sabes muy bien de lo que te estoy hablando.

Enfadada le respondí.

USTED NO SABE NADA, NO TENGO DOLORES ASÍ QUE MÉTASE EN SUS ASUNTOS Y DÉJEME EN PAZ.

De un golpe cerré la puerta y me dirige a plástica. Adoro esa clase. En ella puedo descargar todo lo que llevo dentro, me gusta.

Entre en clase y fue como un gran 'fail'. Se me había olvidado de que Tea se sentaba conmigo. Que rabia. Me senté y ni siquiera la mire. Me daba pena, aun así no pensaba decirle nada de nada. En cambio ella no para de hacerme señas para que la hablase.

La profesora nos mandó que hiciéramos un dibujo de como nos sentíamos en ese momento. Así lo hice. Cuándo termino la clase le entregue mi dibujo a la profe, diciéndole una cosa:

Profe, ¿me podría hacer un favor enorme?.

Ella muy entusiasmada me contesto:

Claro que si Nahia, ya sabes que me puedes pedir lo que sea.

Muchas gracias profe. A ver sé que me tiene que poner la nota al dibujo, pero me gustaría que Tea se quedara con el... si puede ser claro.

Ella dudosa pero al final complaciente dijo:

Oh, por supuesto que sí. Yo se lo doy con mucho gusto. Ahora le pongo la nota y se lo doy.

Le entregue el dibujo y me fui.

Desde el pasillo vi como la profesora le daba el dibujo a Tea. Su cara fue un poema. No le gustó nada. Esa era la intención.

Era la hora del patio así que fui a buscar a Dorian a su clase de música y nos fuimos. De repente una voz conocida empezó a gritar mi nombre y vaya que sorpresa, era Tea. Y parecía enfadada.

¡¿SE PUEDE SABER QUE ES ESTO?!

Yo muy sarcástica le conteste:

Pues o eres tonta, o estas ciega una de dos. Es un dibujo.

¿Te estas quedando conmigo Nahia?, porque si es así no me está haciendo gracia.

Obviamente me estaba quedando con ella. Su cara era un cuadro. Me daba pena y a la vez asco.

Ella por otro lado intento suavizar las cosas.

Mira... da igual. Me quedare con el dibujo pero por favor, deja de hacerme la puñeta. Se que te he jodido pero bien y que no está bien lo que te he hecho pero... ¿no podemos arreglar esto como dos mejores amigas que somos?.

¿Arreglarlo?, ¿pero tú te estas escuchando Tea?. Esto no se puede arreglar como personas normales. Me mentiste y ni siquiera tuviste el valor suficiente para decirlo que estabas con Derek. ¿Y ahora pretendes que lo arreglemos como “mejores amigas que somos”?, lo siento pero no.

Pero Nahia yo.. .yo... te echo de menos. Echo de menos hablar con mi mejor amiga, reírme con ella, salir por ahí con ella.

Lo siento, estoy demasiado dolida y no puedo olvidar tan fácilmente. Ah una cosa más, no digas que somos “mejores amigas”, porque tú y yo... ya no somos nada.

Ella se quedó ahí, sola y medio llorando. Tenía tantas ganas de decirle que la perdonaba. Pero no podía hacer eso.


Después de dejarla allí entre en el instituto ya que era la hora de entrar. A lo lejos vi a Dorian así que me acerque a el y nos dirigimos a clase. Por el camino, la notaba rara. Así que antes de entrar le pregunte que le pasaba.

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